miércoles, 12 de agosto de 2009

Camino sin rumbo, eso es lo que dice la gente, no tengo nada que perder. A veces soy duro y a veces soy tan diferente, no tengo nada que perder, no tengo nada que perder. El café de la mañana de ayer, no hay nada que perder. Resulta extraño mirarte encerrada en mi cuarto de hotel, pero más raro es encontrarte con mi botella en tu mano. No hay nada que perder, el café de la mañana de ayer, no hay nada que perder, el bajón de la Esso que invité, no hay nada que perder. La promesa que te hice alguna vez, no hay nada que perder. No quiero seguir tratando de salvar al mundo, no tengo nada que perder. Tengo amigos que siempre me muestran el rumbo, no tengo nada que perder.

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