CAMBIOS

Y hoy tu risa se apago, y los demás se alejan de vos, al notar que no sos la misma que antes.

Todo cierre de puertas significa que hay una nueva apertura. Pero entonces, ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que algunas puertas se cierran? Es lógico sentirnos mal y es lógico pensar que desperdiciamos tiempo, pero después nos vamos a dar cuenta que en realidad pensamos erróneamente, ya que no desperdiciamos tiempo, porque siempre que perdemos algo, ganamos otro algo nuevo. En mi caso, puedo decir, que al cambiarme de colegio cerré un círculo enorme, pero en el nuevo ambiente escolar genere un espacio igual de reconfortante que el otro (lastima que ahora se que este circulo se va a cerrar). A lo que voy es, dejémosle espacio al destino, este sabe bien que hacer, es cuestión de aceptar los sucesos, todo pasa por algo, si, el último paso lo damos nosotros, pero es mejor si vamos de la mano con el destino, de esta forma, podemos pensar, que el paso lo dimos de a dos.

Tengo una idea, que esta vez sea al revés. Yo la ilusa que da vueltas, y vos el que me revolotea. Pero no temas, antes de que te canses te voy a dar una oportunidad, te la mereces (lo digo porque siempre es al revés, y yo creo que me la merezco). De paso te cuento que el día sigue teniendo 24 horas y que mi reloj sigue funcionando sin tenerte a mi lado. Ojo, igual, seguís influenciando, pero no tanto como para cambiar los días de la semana, las horas del día o los minutos del mes. ¿Se entendió? ¿No? okey, vamos de vuelta. Esta vez me gustaría que preguntes como siempre hacías (pero ahora ya no) como estoy, que me pasa y que siento. Te comunico, por las dudas, que estoy bien (para decirlo de alguna forma) que me encantaría saber como estas vos, y que todavía sigo sintiendo lo mismo que vos sabias.

Todo lo que tenia que hacer era decirle: ¡Te necesito! Y extenderle la mano para demostrarle que estaba allí para ayudarlo. Pero no podía, las cuerdas vocales se me desgarraban de tanta presión, si, tanta presión sufrían para poder gritarle… pero no podían. De esta forma se fue alejando, lenta y dolorosamente. Mientras, mis cuerdas vocales y yo, descansábamos en paz, pero en realidad sabíamos, que esa mano, todavía seguía extendida.

Multitud, celulares sonando, se mueven rápido, cada uno en la suya con sus auriculares, se atropellan, ni siquiera miran alrededor. Y mientras yo, me quedo parada, sin poder levantar los pies para despegarlos del piso. Mientras yo, te buscaba a vos, entre la multitud, los sonidos, los golpes…