jueves, 11 de junio de 2009

Soy partidaria de que cada uno tiene su propia religión, o al menos sus propias creencias, sus propios rosarios, sus propios ritos.
Uno de mis preferidos es colgarme de noche en la ventana a mirar la ciudad. Fumar cáncer con filtro mientras observo el titilar desquiciado de un millón de luces rojas que me invitan a pensar. Contemplar el cielo razo que se abre ante mi, espiar las ventanas que aun siguen vivas, poner la mente en blanco e imaginar reales que transcurren en una dimensión diferente a la mía.
¿Cuales son tus vicios? Los míos quizás se cuentan con los dedos de las manos, pero elijo atesorarlos en vez de odiarlos.
Me encanta llenarme de paz en barcitos perdidos frente a una taza de café, escuchar música tirada en el suelo, dejarme caer junto a la lluvia, leer hasta perder la noción de la realidad, escribir hasta recobrar la cordura... ¿Sera cierto que toda adicción es nociva?


          Autor: tal vez Neruda, tal vez un desconocido, no lo se.

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