domingo, 21 de diciembre de 2008

“Podes pegar una cinta engomada en tu mano.
Y si lo haces con cuidado la unión queda firme y se mantiene.
Pedos despegarla y pegarla de nuevo,
pero su adherencia ya no será la misma que la primera vez.
Podes repetir la operación más veces,
pero en cada ciclo el agarre de la goma será menor.
La razón es evidente… cada vez,
pedacitos de tu piel, pequeños e invisibles son arrancados en el tirón.
Son estos desgarros microscópicos
los que impiden que la unión se vuelva estable o duradera.
Son estos pequeños desgarros sumados
los que finalmente, consiguen que un día la cinta no se pegue más.”

Fragmento de "Contá Conmigo"

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