sábado, 26 de julio de 2008

Lo único en lo que podía pensar era en el. Volvía siempre como un flash, cerraba los ojos y aparecía su figura, todo su contorno. Los cerraba nuevamente, y esa imagen volvía a aparecer, esa imagen en la que el estaba sentado, mientras que a ella, acostada, le caían las lagrimas… Por el último beso.

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