Y es otro de esos días en donde intento entender todo, pero como siempre se torna imposible. Estoy derramando lágrimas sin sentido frente a una pantalla como si esta pudiera darme la solución a mis problemas o por lo menos cambiar mi estado, pero no, lo dudo. Al contrario, a través de esta pantalla suelo ver cosas degradantes, decepcionantes, deprimentes (y todas las demás palabras con D que se le puedan llegar a ocurrir a cada uno de ustedes).